miércoles, 6 de noviembre de 2013

"A Vista De Águila": Subida al Pico Almanzor 2012.

      Ese verano, junto con mi padre no queríamos quedarnos con las ganas de ir, y así fue. Aquí tenéis unas imágenes "A vista de Águila" de la montaña más alta del Circo de Gredos, el Pico Almanzor con sus 2.592 metros de altitud . Para alcanzar nuestro objetivo empleamos una tarde para llegar hasta el Refugio Elola con el fin de pasar la noche, y la mañana del día siguiente que subimos hasta el Almanzor, bajamos para merendar algo en el refugio y finalmente continuar el camino de vuelta a la plataforma.


      La ascensión comenzó a las 19:30 de la tarde, desde la plataforma donde dejamos el coche para adentrarnos en lo que después sería una gratificante experiencia. Después de dos horas de sendero, llegaríamos hasta la "Laguna Grande" donde para mi sorpresa nos encontramos con cantidad de cabras montesas y sus crías correteando como si tal cosa por las rocas.

      Justo en el otro extremo de la laguna nos esperaba el Refugio Elola y sus montañeros, que ya se preparaban para cenar algo y contemplar como iba anocheciendo. Sin duda, un momento para recordar y no solo por la cantidad de estrellas que se pueden llegar a ver quedando un cielo negro pintado con puntos blancos, si no, también por los sonidos de la fauna que habita en la zona. Tengo que decir que es sorprendente el ruido que pueden llegar a hacer las ranas (increible). Seguramente disfrutarían mucho más de todo aquello los montañeros que se quedaban cerca del refugio a vivaquear, pero también me preguntaba si serían capaces conciliar el sueño. A mí al final en cansancio me venció.




      Sin darte cuenta,a las pocas horas comienza a amanecer y a las 7:00 de la mañana todos estamos arriba para tomar un fuerte desayuno, ponernos las botas y preparar bien las mochilas para comenzar la ascensión sobre las 8:00-9:00. Subir y bajar nos llevaría toda la mañana incluyendo la hora de la comida en el pico. Por supuesto, había que contar también con que más tarde apretaría el calor en pleno Julio así que subir pronto era muy recomendable (en cualquier caso, siempre lo es).




      A medida que avanzábamos, la vegetación iba desapareciendo y poco a poco las piernas se iban acostumbrando a escalar la roca que nos rodeaba por doquier.
      Y así durante dos horas aproximadamente, la mitad de la ascensión consiste en subir entre las rocas, algo bastante divertido ya que aunque con un horizonte fijo, eliges por donde subir y terminas dando voces para comunicarte con los demás montañeros que te encuentras:
      - Por allí !! vais bien?!. - Siiiii ,ahí vamos!!.




      En nuestras salidas a la montaña, mi padre suele ir delante abriendo camino,(ya que tiene mayor conocimiento de las rutas y mejor preparación) y yo sigo por el mismo u otro pero nunca sin perderle de vista. Hubo un momento ,en el cual me encontré entre dos muros de roca de unos 2-3 metros y no encontraba la forma ni de subir, ni de volver a bajar. Justo en ese instante antes de plantearme como salir, pasaba un grupo de montañeros que se situaban en un nivel superior de la roca por encima de mi y una de las integrantes me tendió la mano para poder subir hasta donde estaban ellos. No me quedaba otra que fiarme de su resistencia física y fijarme bien donde ponía mis pies. Un pie mal puesto daba lugar a una mala caída, y que caída...(nunca mejor dicho).



      Por fin llegamos al pico, y las vistas ... no hay palabras, ni si quiera las fotos dicen lo que un@ experimenta ahí arriba después de horas subiendo en vertical los bloques de rocas. Mereció la pena llegar hasta allí para contemplar y compartir en compañía todo aquello después del esfuerzo.



      A la vuelta, cuando llegamos a tierra firme seguían las piernas en forma de "L" invertida, algo con lo que terminaríamos bromeando al final de esta escapada.

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